Estoy seguro que alguna vez habréis visto impresionantes fachadas de casas, bloques de pisos, interiores de fábricas, vehiculos, paredes o muros enteros PINTADOS con paisajes, escenas de algo concreto o simplemente publicidad, todas de gran tamaño y con una sensación de realismo que no pasa desapercibido. Son geniales.
Si te paras a pensar el trabajo que hay detrás de los bocetos, de los diseños, de la elección de los colores, del ir dando forma a la idea del artista…es como escribir notas musicales buscando su armonía y su ritmo para que la sensación sea agradable, pero al contrario que en una partitura, ahí hay mucha pintura. Y de repente, piensas: ¿y si luego al autor o al cliente no le gusta lo que ve?, ¿cómo se quita tanta pintura en la pared?, ¿quién lo limpia? o ¿cuánto cuesta?
Y de aquí a pensar en las pintadas que hacen en las paredes de edificios, en paradas de autobús, en el exterior de los trenes,...., hay un paso: ¿quién las limpia?, ¿cuánto cuesta?, ¿quién lo paga?
Creo que las respuestas en el último caso tiene otra dimensión muy distinta…Por tanto debemos mentalizarnos de que la vía pública es de todos, y hay que impulsar una nueva conciencia colectiva a este respecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario