sábado, 3 de marzo de 2012

¿Dónde vamos a llegar?


Cada vez es más habitual que partidos de fútbol entre niños acaben en peleas multitudinarias en las que los padres también participan. Un triste dato que obedece, según los expertos, a que muchos padres presionan en exceso a sus hijos para que éstos se conviertan en las próximas estrellas.  O será que realmente a los que les gustaría estar jugando es a ellos, o quizás sea su sueño frustrado, o es que estos padres son violentos normalmente, o tal vez los ven  como una solución a su economía. Sea lo que sea, es lamentable que vayan unos niños a jugar al fútbol y en lugar de pasar un rato agradable, sus padres se peleen. ¡Menudo ejemplo les están dando!
 Estas actitudes, sin embargo, consiguen el efecto contrario y muchos jóvenes abandonan sus sueños.
El problema es grave, y la solución es concienciar a los padres de que esto no es bueno, ya que con esas conductas lo único que hacen es incitar y enseñar a sus hijos a ser violentos desde pequeños.





De hecho se están haciendo campañas para la no violencia, y guías orientadas a padres e hijos con el objetivo de acabar con la violencia en el deporte infantil.  Algunos de los consejos que ofrecen son:

'Respetaré al rival', 'no insultaré al árbitro' o 'no entenderé la derrota como un fracaso', son algunos de los mandamientos de esta guía de las buenas maneras en el deporte.

2 comentarios:

  1. Comparto tu opinión. Aunque el deporte deba fomentar la competitividad y el deseo de superación, también debe fomentar el trabajo en equipo y el comapañerismo, dejando la adrenalina solo para la competición de turno. Cuando un padre o madre tiene un comportamiento violento y ofensivo en las actividades de sus hijos, no solo se pone en evidencia y ridículo ante el público, sino también ante su hijo y sus amigos, dando un magnífico ejemplo de mala educación. Quizá la Ciencia encuentre en ellos el "eslabón perdido" en la evolución del ser humano.

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  2. Muchas gracias por tu comentario,espero que muchos opinen como tú, y que pronto estos padres comprendan que con su actitud lo único que hacen es como, bien dices, dejar a sus hijos en ridículo ante todo el mundo. Un saludo.

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